El antes

¿Querés oír algo curioso?: En la época de mis abuelos, cuando todavía existían tanto la "forma" "como la "educación" (el hombre que, así como la mujer salía perfectamente arreglado, perfectamente peinado, bien vestido, con porte elegante, traje, corbata, bastón y bombín), se trataba a la persona de usted con el más dotado porte, y la más mísera inclinación hacia el lenguaje agresivo, empleándose a la vez el concepto "Patriarcado" debido a que se le daba más beneficios al hombre que a la mujer; tenía los puestos más altos laboralmente, cobraba mayor sueldo, en el senado como en la política en sí...

El ahora

Hoy en día, existe el término contrariado conocido como "Matriarcado", en el que tanto esa educación como esa forma de porte característico que en esa época eran de lo más destacables, aparentemente ya se los dejó de lado.

Hoy en día, la mujer en sí se cree superior al hombre como a cualquier otro, y lo ha demostrado de una forma que resalta de una manera que, ante la mirada despectiva de muchos, podría considerarse como parte de lo que explicaba el erudito de Domingo F. Sarmiento cuando, en su descollante obra Facundo, dividía a la comunidad argentina entre la civilización y la barbarie.

La gran discusión

La semana pasada me enviaron por Whatsapp un audio de la periodista Viviana Canosa, en la que definía el concepto "feminismo" como aquel en el que esa persona en particular, la "Mujer Ponderada" como dijo una vez la escritora Emilia Pardo, una de las principales impulsoras de este concepto, es aquella que lucha tanto por sus derechos como los del compañero de al lado, tanto para su familia como para todos los que quiere, y no se deja discriminar por la clase jerárquica.

Sostiene que la persona que lucha por tales virtudes, bajo todas las miradas y perspectivas posibles termina siendo alabada y recordada por la historia.

Hoy en día, ya nadie conoce el significado auténtico de la palabra feminista; y los que dicen conocerlo lo emplean para beneficio propio. Para fomentar esa ideología errónea por la cual la Argentina, actualmente se encuentra en la absoluta decadencia, sin posibilidad alguna de avanzar y mirar hacia delante.

Porque como dijo el sabio Luis Brandoni: "Las ideologías ya no existen...el humano es un simio parado que caga sentado". Ya no existe esa educación a través de la cual el hombre, ante la mujer de su vida, podía demostrarle lo que sentía por ella. Hoy en día...le lanzás un piropo, le hacés un comentario inapropiado sobre alguna parte de su cuerpo (por menos que haya sido) y ya te estropea la vida.

Las formas ya no existen, pues la moral como la ética están desperdigadas. Ya no gozamos de ese resplandor que nos dejaron nuestros antepasados, pues hoy en día inventamos otros nuevos que nos perdonen por lo que hacemos. Por lo que creemos, por lo que decimos.

Hoy en día, existe un colectivo como el que es el del Pañuelo Verde, siendo, ni más ni menos, que una secta ideológica de extrema izquierda, que lo único que hace es fomentar el odio, el repudio, el instinto de superioridad, la ignorancia, el salvajismo, la ilusión de generar una vez más esos derechos exacerbados que antes se les daban a los hombres, pero con otro sentido de propósito.

Honestamente, creo yo, se trata, por no decir ya demasiado, de otra forma menos burda de simular que lo único que salió de ahí es ese nuevo lema que mencioné antes, que es el del "Matriarcado", junto con el otro término el doble de incoherente, conocido como el "feminazi".

Hoy en día, no conozco otro lugar en el mundo en el que haya un grupo como tal en el que, por más que se defienda la inclusión, la libertad de género como la lucha contra la exclusión, se defienda a la vez a aquellos que atenten contra la vida ajena, así como la del que todavía no se puede defender, pues todavía no abrió los ojos por primera vez.

El álgido presente y lo que depara el futuro

Ergo: ¿Sabés qué me dice todo esto? Que tanto el "Patriarcado" como el "Matriarcado" en sí son, fueron, y van a ser siempre, meras excusas a través de las que tanto el hombre como la mujer a lo largo del tiempo se han disputado acerca de quién gozará de mayor poder, mayores beneficios y mejores virtudes, cuando lo que realmente debería haber es "Igualdad".

Igualdad tanto de derechos como de libertades, la no discriminación de clase alguna ya que nadie es perfecto y nadie es igual al otro...Que sin importar la religión, las preferencias sexuales, los kilos que llevamos en el cuerpo ni cómo nos guste expresarnos, todos somos diferentes y mientras sepamos apreciar esa diversidad y, en lo posible celebrarla, vamos a dejar de ser un mundo imprevisible camino a la involución, en lugar de ir directa, y de manera constante hacia la evolución.

Todos esos aspectos característicos (lamentablemente) son aquellos que hacen que la ciudad respire, y a la vez van a ser los que la lleven al ocaso. Por lo tanto, la única pregunta que debemos, o que deberíamos hacernos es: ¿Cuándo va a ser?

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Fuentes:

- www.cels.org.ar

- Instagram Germán Nonel: https://www.instagram.com/p/CXeZkZ4Oup7/