La marcada diferencia entre la baja oferta y la alta demanda de la vacuna contra la Covid-19 a nivel mundial, plantea interrogantes a las leyes de protección de derechos de autor, a las leyes de patentes sobre las vacunas desarrolladas hasta el momento contra el virus SARS-CoV-2 que genera la temida enfermedad respiratoria conocida como coronavirus del 2019.

Las discusiones respecto al altruismo y la protección al registro de patentes, generó el planteamiento de la liberación de las mismas, y de esta forma permitir la producción masiva de los biológicos y así poder erradicar en un alto porcentaje esta enfermedad viral del planeta.

La salud pública es un bien universal y esta pandemia justifica la exención de normas y reglas de protección industrial, de propiedad intelectual,  que solo beneficia a los grandes laboratorios y algunos gobiernos.

Es el momento de recordar al sueco Alfred Nobel y su sentido altruista. No es el momento de pensar en términos de réditos para unos pocos, la única prioridad en estos momentos es la salud mundial, y ahí sí, pensar en la reactivación económica mundial.

Según Michael Spence ( Premio Nobel de Economía, profesor emérito de Universidad Stanford, miembro sénior de Hoover Institution. Copyright: Project Syndicate, 2021. www.project-syndicate.org ), "Los expertos de salud pública y los responsables de las políticas por lo general se han resistido a cobrar por la vacunación, porque esto iría en contra del objetivo de inmunizar a todos. Pero, en el contexto actual, los clientes que compran vacunas son principalmente gobiernos o instituciones multilaterales, lo que implica que existen por lo menos dos precios a determinar. Uno es la regalía obligatoria pagada a los productores originales, supuestamente las empresas que licencian la PI. Pero después está el precio pagado por los gobiernos a esos licenciatarios, que pueden o no ser compañías nacionales.

La prioridad general de largo plazo es preservar los incentivos para que las grandes compañías farmacéuticas inviertan mucho y rápido en la respuesta a la próxima crisis –como lo hicieron en ésta-. Estas son inversiones riesgosas. Se deben fijar las regalías, en conjunto, para producir retornos sustanciales para los productores exitosos, y también un retorno sobre la PI incluida en la tecnología de fabricación. Más concretamente, el incentivo debe seguir siendo lo suficientemente fuerte como para persuadir a todas estas empresas de asumir el riesgo de un fracaso."

Fuentes:

https://prodavinci.com/licenciamiento-produccion-y-distribucion-global-de-vacunas/

Michael Spence, premio Nobel de Economía, es profesor emérito en la Universidad Stanford y miembro sénior de la Hoover Institution.

Copyright: Project Syndicate, 2021.
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